tiene mar y montañas, no existen el cemento ni el dinero, y las mujeres (que abundan) se enamoran perdidamente, igual que uno, pero solo por algunas horas
Sólo escuho las olas y de vez en cuando me despierta un beso. Mis manos se hunden en la arena caliente y una música extraña -creo que hay cascabeles- llega con el viento. Ahi estoy, ahí quisiera estar...es lo mismo, gracias a una hermosa capacidad de transportarme y abandonar por unos minutos este frío escritorio.
Un colchón, luces de ciudad que entran por una ventana sin cortinas, una respiración regular en la penumbra. Afuera se intuye el mundo pero hoy me parapeto detrás de esta espalda.
Me gustaría estar en la costa atlántica, en una de sus playas desoladas. Aquellas en donde no se encuentra gente fácilmente y donde el silencio pareciera inundar los oídos y las emociones con una paz inconmensurable. Esos lugares donde implícitamente se invita a la contemlación de la inmensidad del mar. Donde el ruído de las gaviotas pareciera ser parte en una sinfonía más grande que hace que todo sea perfecto. En ese lugar me gustaría estar y vivir un tiempo, sin otra preocupación que mirar el océano en profundidad.
Ansío una casa con olor a hogar, calmo, con un ventanal monumental que me teletrasporta hacia màs naturaleza. Junto a mì y un rico cafè con crema, està sentado el amor de mi vida, que no hace màs que acariciarme el mechòn de pelo que se me cae de costado. En sus brazos, ahì quiero estar.
Dentro de un caracol en el fondo del mar. Para un muerto ese es un buen lugar, siempre adentro, siempre solo. Pero es mejor que la tierra que es pesada y oscura. Hectordeis
Abro los ojos, miro para un lado y está el mar... Giro, miro hacia otro lugar y veo montañas... Ahora miro hacia abajo y encuentro mis pies, es un sueño: yo ahí sentadita, todos los paisajes para mi, en simultáneo y sin fin...
andar por algún cerro solitario de Punilla, con los oídos tapados de vírgen silencio. Sólo se filtran los trinos, el viento, y un arroyo que musita leyendas. Conjugarme con la naturaleza, al punto de saberme ave, vegetal, cielo. Liberado de ambición y competencias
el lugar es blanco. como con plumas, pero sin ser plumas. hay un río, un agua púrpura por donde se desplaza ese algo que me contiene. no hace calor. no frío. no hace...es como el lugar que soñé aquella vez
tiene mar y montañas, no existen el cemento ni el dinero, y las mujeres (que abundan) se enamoran perdidamente, igual que uno, pero solo por algunas horas
ResponderBorrarSólo escuho las olas y de vez en cuando me despierta un beso. Mis manos se hunden en la arena caliente y una música extraña -creo que hay cascabeles- llega con el viento. Ahi estoy, ahí quisiera estar...es lo mismo, gracias a una hermosa capacidad de transportarme y abandonar por unos minutos este frío escritorio.
ResponderBorrarUn colchón, luces de ciudad que entran por una ventana sin cortinas, una respiración regular en la penumbra. Afuera se intuye el mundo pero hoy me parapeto detrás de esta espalda.
ResponderBorrarMe gustaría estar en la costa atlántica, en una de sus playas desoladas. Aquellas en donde no se encuentra gente fácilmente y donde el silencio pareciera inundar los oídos y las emociones con una paz inconmensurable. Esos lugares donde implícitamente se invita a la contemlación de la inmensidad del mar. Donde el ruído de las gaviotas pareciera ser parte en una sinfonía más grande que hace que todo sea perfecto. En ese lugar me gustaría estar y vivir un tiempo, sin otra preocupación que mirar el océano en profundidad.
ResponderBorrarAnsío una casa con olor a hogar, calmo, con un ventanal monumental que me teletrasporta hacia màs naturaleza. Junto a mì y un rico cafè con crema, està sentado el amor de mi vida, que no hace màs que acariciarme el mechòn de pelo que se me cae de costado.
ResponderBorrarEn sus brazos, ahì quiero estar.
Dentro de un caracol en el fondo del mar. Para un muerto ese es un buen lugar, siempre adentro, siempre solo. Pero es mejor que la tierra que es pesada y oscura. Hectordeis
ResponderBorrartio eres un gilipollas q en realidad piensa en mierdas
BorrarCabaña, frío afuera, calorcito adentro. Lago congelado enfrente y dos brazos que me acurrucan y no me dejan -ni quiero- soltarme.
ResponderBorrarAbro los ojos, miro para un lado y está el mar... Giro, miro hacia otro lugar y veo montañas... Ahora miro hacia abajo y encuentro mis pies, es un sueño: yo ahí sentadita, todos los paisajes para mi, en simultáneo y sin fin...
ResponderBorrarandar por algún cerro solitario de Punilla, con los oídos tapados de vírgen silencio. Sólo se filtran los trinos, el viento, y un arroyo que musita leyendas. Conjugarme con la naturaleza, al punto de saberme ave, vegetal, cielo. Liberado de ambición y competencias
ResponderBorrarel lugar es blanco. como con plumas, pero sin ser plumas.
ResponderBorrarhay un río, un agua púrpura por donde se desplaza ese algo que me contiene.
no hace calor. no frío. no hace...es como el lugar que soñé aquella vez