~ ¿Qué es lo mejor que le pasó en un bar?


Viene de
Ñusléter #194

20 comentarios:

  1. una vez fui a un bar en recoleta con mi mejor amigo y cuando entramos vimos que la empleada estaba completamente borracha durmiendo sobre una de las mesas. la llamamos, le gritamos, aplaudimos, pero la mujer NUNCA se levantó, jajajaja.
    saludos!
    maría

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  2. en san telmo, entró una piba reborracha a mear al baño de hombres y terminamos apretando.
    no, no quiso curtir.
    abrazos!

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  3. entraba en el baño y vi a una enana realizando un petecito con un barman pelado con brazos peludos. el tipo murmuró algo sobre el desierto en México.

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  4. pasaba desde afuera (sin lentes) por un bar en san telmo, y uno de los tantos sentados en una mesa, me saluda. no lo reconoci, entre a saludarlo. incredulo me pedia por favor que no me vaya, que tome una birra... no nos conociamos! y me fui. a la cuadra en la esquina me insistio... dame algo: un telefono, mail... dije no. ya nos veremos en el bar otro dia... no todavia. mucha verguenza... ahora que veo no es lo mejor que me paso, lejos.

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  5. En un café en mar del plata, vi a juan cruz bordeaux sentado en la otra mesa, mirada va, mirada viene, resulta que me viene a hablar. Yo no lo podia creer...
    Ja! no, no es verdad. Fue mi mejor amiga la que lo vio, sentado con una chica. A mí en lo personal lo mejor que me pasó en un bar fue que no me cobraron una medialuna. Vaya vida mediocre, con lo que me gustaría palermo soho...

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  6. Recién nos habíamos conocido y entramos a un bar. Ya en la mesa, estábamos en medio del coqueteo de nuestra mutua presentación, cuando vino el mozo a levantar el pedido. Primero pidió él y luego yo.

    -¿¿juuugo de limóóón ?????? !! -exclamaron ambos al unísono como no pudiendo creer lo que oían-

    Aunque el asombro ante mis palabras fue unánime ( incluyéndome) disimulé muy bien (antes perder elegancia que dar el brazo a torcer):

    -Sí, jugo de limón exprimido -le repondí al mozo, amablemente ( y atrapada como estaba, redoblé la apuesta como si fuera lo más natural del mundo)- sin diluir, por favor.

    Cuando la copa, llena, coronada con gajitos verdes y sombrillita amarilla, estuvo sobre la mesa, con mohínes de gracia infinita la bebí hasta la última gota como si fuera champagne.

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  7. Los recuerdos suelen jugar malas pasadas (mejor dicho, buenas) dado que la versión de la historia fue algo distinta:
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    Entramos al bar discutiendo acaloradamente. Ya en la mesa, el tono había bajado pero la intensidad iba en aumento, cuando llegó el mozo a levantar el pedido. Primero pidió él y luego yo.

    -¿¿juuugo de limóóón ?????? !! -exclamaron ambos al unísono como no pudiendo creer lo que oían-

    Aunque el asombro ante mis palabras fue unánime (novio, mozo e incluyéndome) disimulé muy bien (antes perder la elegancia que dar el brazo a torcer):

    -Sí, como oye, jugo de limón exprimido -le repondí al mozo, cortante- (y embalada como estaba redoblé la apuesta como si fuera lo más natural del mundo)- sin diluir, por favor.

    Cuando el vaso, alto, lleno, coronado con gajitos verdes y sombrillita amarilla, estuvo sobre la mesa, con el mismo embale que traía, en medio de la pelea, lo bebí de un trago sin respirar. La discusión terminó de golpe frente a la incontenible carcajada de él. Creo que, no obstante, no hacía falta agregar una sola palabra más.

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  8. lo mejor que me pasó en un bar fue la semana pasada, en el Cairo, Rosario. En el reencuentro, con una amiga, después de 14 años(a mitad de camino para cada una) recorríamos, re contentas, el boliche del Negro Fontanarrosa. Muy lindo todo,los afiches, los libros, las fotos en la mesa .. cuando de repente veo a mi amiga, agachada, casi a ras del suelo, sacándole fotos a las patas ..tardé unos segundo en darme cuenta que ... el Negro y sus amigos pasban las veladas entre piernas de mujeres !!!jajajaa todavía me estoy riendo.. fuerza Negro, todavía, en donde estés..

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  9. Lo mejor que me ha pasado fue salir, muy entrada la noche, y ver el mundo desde ese límite, a punto del amanecer.

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  10. Fue en un bar de Villa Gesell hace apenas 24 años
    Estaba con mi amiga Silvina conversando sobre todos y cada uno de los hombres que nos gustaban en aquel tiempo.
    De pronto, entra una chica de nuestra edad, tal vez tenía dos años menos... y me llama por mi nombre. Continúa haciéndome preguntas muy puntuales de mi vida y de distintos ámbitos: del estudio, de las clases de teatro, del trabajo, de mis hermanas.
    Fui contestando las preguntas y mientras tanto, pateaba por debajo de la mesa a SIlvina.
    Nunca supe, hasta el día de hoy, quien fue esa mujer que tanto me conocía.
    Un abrazo

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  11. Laburar ahí
    1. vivir totalmente fumada.
    2. trampear con el dueño, como todas.
    3. y conocer a mi novio allí.
    Lloré cuando ese lugar cerró.

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  12. Lo mejor que me pasó en un bar es ver a una mujer increíble en una mesa cercana a la mía. Me inspiraba a escribir lo que sea. Estuve tentado a presentarme pero de pronto temí que la idealización se destruyera en la primera frase. Tomé una servilleta e improvisé unas líneas de elogio, en donde halagaba su belleza y también ciertos atributos de su alma que yo sospechaba. Al finalizar las líneas, agregué: "ojalá no vuelva a verte nunca más". Se lo dí, me sonrió y me agradeció.
    A la semana siguiente, el mozo me comentó extrañado que a pesar que antes ella desayunaba todas las mañanas un cafe con leche y dos medialunas, no la había vuelto a ver.

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  13. Siendo simple y directo como una buena muerte, lo mejor que he pasado ha sido estar junto a una hermosa mujer, pero hermosa en el sentido más religioso, divino y sagrado, que un pobre tipejo como yo pueda atreverse a nombrar, en una noche apacible de verano, viendo el río y las estrellas flotar lejos, cobijados por la música, y atreverme a posar mis labios en los suyos y recibir, con infinito placer, la aceptación por su parte, de todo el amor que deseaba regalarle, acariciarle sus dorados cabellos y recorrer su cuello con mis labios, en una enloquecedora promesa de mil placeres. De esa mágica noche guardo los recuerdos más dulces de mi existencia. Sé que jamás tendre otro día que se le compare y esa es la pena que, aunque no me arrepienta jamás, debo pagar hasta recibir el abrazo de la Parca.
    Esto es tristemente real.

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  14. simple, bueno ..
    diminuto texto de Walser, ese señor de un manicomio, escritos de sus paseos..
    hoy, en Marejada, en San Clemente, en calle 1, con el mar enfrente, caminando por la playa .. en llp
    en un bar que no conozco

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  15. Amémonos tranquilamente, pensando que podríamos / si quisiéramos, cambiar besos y abrazos y caricias, / pero que más vale estar sentados uno junto al otro / oyendo correr el río y viéndolo /*

    "La primera vez que vine a Lisboa lo hice como turista, y así visité A Brasileira, la cafetería más famosa. Está situada en el corazón del Chiado, el barrio literario de la ciudad. Mientras bebía mi primer café portugués supe que esta cafetería nació en 1905, cuando su dueño abandonó el negocio de las camisas y comenzó a vender El mejor café molido procedente de Brasil, como decía el eslogan. Entonces aprendí que los lisboetas, cuando quieren un café solo, piden una bica, un término que nació en este establecimiento. Ahora que vivo aquí, no siempre tengo tiempo para tomarme un café en A Brasileira, porque aquí el café no se toma con prisa y de pie, como en otras cafeterías, sino sentado, con calma, viendo pasar el tranvía 28 una y otra vez, bajo la maraña de cables.
    En la terraza de A Brasileira se mezclan acentos, nacionalidades y guías turísticas escritas en varios idiomas, ya que el viajero tiene aquí una parada obligatoria. Mientras, un portugués de bigote y pelo canoso toca la guitarra, la armónica y al mismo tiempo tararea canciones en inglés. Con suerte, recibe algunas monedas de la audiencia, atenta algunas veces, distraída casi siempre.
    Desde 1920, este fue el punto de encuentro de artistas, políticos y escritores. En las mesas de mármol del salón se intercalaban monárquicos y republicanos; liberales y conservadores; burgueses y aristócratas. A todos les unía el gusto por el café.
    Este ambiente selecto ha dado paso a los turistas con cámaras de fotos, sandalias y pantalones cortos. Pero una figura destaca entre las mesas siempre llenas. Es el poeta Fernando Pessoa, uno de los grandes escritores en lengua portuguesa. Su estatua es un homenaje a su asiduidad al café. Desde su mesa, en la que los visitantes se hacen fotos, Pessoa contempla a otro escritor. Se trata del poeta António Ribeiro, O Chiado, al que muy probablemente el barrio le debe el nombre.
    Este es un barrio antiguo, con mucha historia e incluso una tragedia. El 25 de agosto de 1988, un incendio originado en una tienda se propagó por las principales calles, arrasando gran parte de la colina. Los comercios y las viviendas fueron las más afectadas. Pero como el ave fénix, el Chiado ha empezado a renacer. Aunque todavía no es el mismo. Lo dice doña Otilia, la portera de un edificio que se salvó de las llamas. Lleva en el barrio 22 años y recuerda con tristeza el cambio que supuso el incendio. "Falta comercio y, sobre todo, faltan personas", dice.
    Ese es uno de los problemas de Lisboa. Aunque no hay día en que el Chiado no esté a rebosar de gente, aquí no viven más de 1.200 personas. El ayuntamiento quiere aumentar el número a 5.000, pero para ello tendrá que rehabilitar las casas que están abandonadas, como ya se ha empezado a hacer.
    Los edificios reformados dan un aire nuevo al barrio, con sus fachadas pintadas de colores. El único inconveniente de la reforma son los precios, por encima de lo que muchos portugueses pueden pagar. Pero vivir en la calle Garret o en la calle Alecrim, por las que paseaban los poetas y los artistas, o asomarse a la ventana y ver el Tajo o la catedral al fondo, es algo que no tiene precio."

    El café de Fernando Pessoa - Crónica desde Lisboa - El Periódico de Catalunya - 11.11.06
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    * Fernando Pessoa

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  16. Lo mejor que me pasó es un bar,es hoy, aquí, en este lugar, en este sitio, mejor dicho este post ¿ es un bar virtual? bue.. sin café, sin gasesosa, pero la gente está, en otros comemn .. otras mesas, mirando, observando, disfrutando veladas y charlas ...
    hace muchos años que falleció mi vieja...hoy es su cumpleaños (ya no vivo en donde ella está, ni tengo bar ni cafetería cerca para estar a solas, tranquila con los recuerdos y las penas

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  17. Esto del bar funciona mejor que el diván del psicoanalista. Por asociación libre recordé lo que había olvidado sobre unas circunstancias vividas en un bar. No fue lo mejor que me ha pasado en la vida, justamente, no obstante, poder recordar, creo que sí, puede entrar dentro de la categoría solicitada.
    Un jueves de un mes de marzo una amiga me lleva de una señora que leía agua dentro de un vaso!!(yo estaba muy ansiosa por saber el desenlace de un tratamiento de fertilización asistida). La señora muy agradable, como una de esas abuelas que les leen cuentos a los niños en las películas infantiles, me dijo que no, que no veía niños todavía y agrega:
    - Lo que leo es un asalto y la muerte inminente de un ser querido.
    Cuando yo ya estaba llegando a la puerta, previo a pagar -acorde a lo truculento de la historia, como los mejores cuentos para niños- susurra:
    -habrá un casamiento muy hermoso, será el de un hijo, el mayor.

    El sábado siguiente vamos con unas amistades recién llegados de un viaje a Santo Domingo, a festejar un cumpleaños. Me habían traído de obsequio un bolso bonito (grande, azul, con todo el caribe en la tela) que estrenaba ese día. Como en el bar había mucha gente y poco espacio (la charla general del lugar y la alegría reinante, contagiaba y presagiaba felicidad)Dejé el bolso a mis pies contra la pared con espejo donde quedé ubicada para más comodidad de movimientos. Después de la celebración y ya sobre el cierre de la noche, en los preparativos para la partida, no pude hallar el bolso por ningún lado. Evidentemente, una mano anónima, de la mesa vecina, se estiró, hacia atrás, un poco de más de lo normalcon cuidado y muca delicadeza (silla contra silla entre la de ella y la mía)..y sabe dios donde fue a parar el bolso azul, precioso, todo su contenido y la gente de la mesa que ya estaba vacía. Al día siguiente falleció mi madre.

    Pd. A mi hijo mayor todavía le faltan algunos añitos para casarse.

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  18. Con los bares parece como que no pasara nada muy importante y sin embargo, en tren de recordar, empiezan a aparecer los pormenores de tantas circunstancias increíbles que transcurren en ellos ..

    En los preparativos de mi boda, el tema de la fiesta fue toda una historia. Yo no quería agasajo alguno (ya estabamos conviviendo y el dinero en ese momento no daba para celebración). Mi suegra insistía que sin fiesta no nos podíamos quedar que era una tradición en su familia y además estaban sus amistades, que les íba a decir.. Decidieron un brindis en su casa a cargo de ellos (igual que le ofrecieron a sus otros hijos) y con torta de casamiento casera incluída( a cargo de ella) . Las discusiones entre los futuros contrayentes ( o sea mi marido y yo) a causa del tal agasajo se incremetaron en los días previos: ..que no se tiene que meter..entendé que es mi vieja.. que es una decisión nuestra.. que te cuesta si al final no es para tanto, solo es un brindis en la casa de mis viejos.. Como la cuestión crecía exponencialmente y se deterioraba de tal modo que amenazaba con arruinar todo, al fin decidimos llegar a un acuerdo salomónico. Por el lado de él, el tal brindis sería al mediodía, después de la ceremonia.

    Así fue que la mañana del civil desayunamos en un bar junto a todos nuestros amigos: café con leches, jugos de naranjas, medias lunas y las fotos.. entre charlas, risas y cargadas. Después, todos juntos nos fuimos caminando hasta el registro civil que quedaba a un par de cuadras del bar.
    Ah ! y el costo de tal desayuno matrimonial (iba da decir de trabajo como los que abundan en estos días) estuvo a cargo de la contraparte (que también se mostró inflexible, al respecto !): lo pagó mi vieja.

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  19. dos bares:
    en unas vacaciones hermosas descubrimos con mis amigas freakies un bar hobbit (éramos fanáticas)comimos bárbaro y escuchamos una banda de música celta que nos encantó, volví muuuchas veces.
    más reciente, con mi en aquél momento reciente noviecín tomábamos algo en un bar con franca vista al río, de noche. Nos quedamos viendo los dibujos del reflejo de la luna en el agua, y en el reflejo nos encontramos los dos, un reflejo intermitente y un reflejo lejano y atemporal, a partir de ése momento decidimos escribirnos en servilletas, y armar un libro de todos nuestros instantes, fue mágico de verdad.

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